¡Vente a vivir conmigo! Alarma...el miedo a la convivencia entre parejas

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¡Vente a vivir conmigo! Alarma...el miedo a la convivencia entre parejas

Pues es un concepto que trae muchos problemas y sin embargo sigue tomándose a la ligera.

Hoy en día hay muchas personas que tienen miedo a la convivencia, a compartir sus vidas con otra persona, por mucho que la quieran.



El amor y el miedo son dos cosas bien distintas y uno no quita al otro, más bien se sobrepone.

Por este motivo, tenemos que tener muy claros que irnos a vivir con nuestra pareja supone un cambio en nuestras vidas. Un cambio que debemos ser capaces de gestionar y estar preparados para sus consecuencias.

Lo primero que debemos saber


Pues lo primero que tienes que tener en cuenta es que todo cambia en el momento que decides irte a vivir con tu pareja.

Bueno, si nos fijamos bien, en realidad nuestra vida cambia en el momento en que conocemos a alguien y empezamos una relación con esa persona.

A partir de ahí, nuestras prioridades cambian y adquirimos una nueva perspectiva de la vida.

Dependiendo de nuestra madurez mental y emocional, gestionaremos ese cambio de una forma u otra.

Y dependiendo de eso también, tendremos un resultado positivo o negativo.

Pero vamos al grano....

Tienes que estar prevenido de que tu vida ya no será la misma, por lo que tienes que ir pensando en abandonar tus antiguos hábitos, porque probablemente te costará mucho esfuerzo seguir manteniéndolos cuando empieces una vida en conjunto con otra persona.

¿Quiere decir esto que tengo que cambiar?

Pues si.

Le moleste a quien le moleste, el compromiso, las relaciones de pareja y sobre todo la convivencia o el matrimonio, requieren cambios, tanto si te gusta como si no.

No puedes llevar la misma vida cuando estás casado que cuando estás soltero.

Cuando vives solo o con tus padres, en cierta medida puedes hacer lo que te de la gana, pero cuando convives con alguien, eso se reduce como mínimo al 50%. Porque los mismos derechos que tienes tú, tiene la otra persona con la que vas a convivir.

Imagínate si decides irte a vivir con tu pareja y ambos mantienen sus antiguos hábitos de levantarse por la mañana a las 12 del medio día, de encontrarse un plato de comida sobre la mesa (porque sus papis se lo han preparado) o de no limpiar la casa en ningún momento.

Aunque son ejemplos bastante exagerados, lo que trato de decirte es que tus hábitos necesitan adaptarse a una nueva vida en conjunto con tu pareja.

Y el peligro de todo esto aparece cuando tu estilo de vida choca con el estilo de vida de tu pareja.

Pero, ¿por qué ha de chocar si ya hemos estado saliendo y estamos super enamorados?

Por el simple motivo de que el amor es una cosa y la convivencia es otra.

Y ambas están relacionadas pero en el sentido de que si mantienes una mala convivencia con tu pareja, poco a poco ese amor tan potente se irá apagando hasta desaparecer por completo.

¿Te gusta esa idea?

Pues todavía hay parejas que no saben porqué ya no sienten nada por el otro cuando si se miran al espejo y ven su estilo de vida, hasta ellos mismos vomitarían del asco que les provoca.

Tú estás acostumbrado a cómo eres, a cómo vives, a cómo piensas y a cómo sientes las cosas. Y esto es así porque ves la realidad bajo tu único punto de vista.

En el momento que aparece otro enfoque (en este caso el de tu pareja), empiezan a saltar chispas que van poco a poco empeorando la relación.

¿Y sabes quien paga el pato?

Los sentimientos que sientes por esa persona.

Curioso, ¿verdad?.

¿A dónde quiero llegar con esto? Al término de que tienes que mentalizarte que irte a vivir con tu pareja necesita un periodo de adaptación y de cambio.

Tienes que darle flexibilidad a tus hábitos y adaptarlos para que se acoplen poco a poco con los de tu pareja.

No significa que elimines completamente tu forma de ser, sino que te adaptes a ser de una forma distinta.

¿Por qué? Porque también cambian tus metas y objetivos, con lo que en general, cambia tu camino.


Cambio en tus metas y objetivos


Los objetivos de pareja no son los mismos que los objetivos personales.

Al principio puedes tener metas muy personales y que se basan en tu anterior estilo de vida, pero volvemos a lo mismo.....cuando tienes pareja y empiezas a vivir con ella, los objetivos cambian.

¿Por qué? Porque las circunstancias también cambian, y es necesario que te adaptes a ella.

Por tanto, tu mente tiene igualmente que adaptarse a ese cambio o de lo contrario tendrás problemas de convivencia.

Te vuelvo a decir que no se trata de abandonar tu propia forma de ser, sino más bien de evolucionar y dar un paso más en pos de tu crecimiento, un crecimiento enfocado en otro estilo de vida distinto y por ahora desconocido para ti.


¿Por qué algunas personas tienen miedo a convivir con sus parejas?


Los motivos son muchos y de distinta índole.

Pero si lo analizamos a fondo, el verdadero miedo no es a la propia convivencia, sino a nosotros mismos.

La mayoría de las personas no gozan de un autoconocimiento lo suficientemente avanzado como para no importarles mostrarse a los demás tal y como son.



Personas que suelen tener miedo de que su pareja descubra cómo es realmente.

Porque tienes que tener muy en cuenta que como acabo de decirte, la convivencia en pareja no se asemeja en nada a cuando estabas viviendo solo.

No es lo mismo ver a tu pareja cada vez que quedas con ella para salir, en la que siempre la ves maquillada, arreglada, con sus mejores vestidos y totalmente predispuesta, a verla a diario, recién levantada, en pijama, y con su verdadero "yo" expuesto ante ti.

Cuando estás en la época de noviazgo o mantienes una relación todavía sin convivencia, no conoces al 100% a tu pareja, porque tan sólo sabes de ella lo que te ha mostrado durante ese tiempo.

Pero no sabes cuál es su comportamiento y actitud en otros momentos de su vida.

¿Y sabes cuándo descubrirás todo eso? Cuando convivas con ella y te lo muestre.

¿Y sabes lo que provoca todo esto de forma inconsciente? Miedo.

Te vuelvo a decir que ese miedo puede ser de dos formas:


  • Miedo a cómo será realmente tu pareja cuando estés con ella y la conozcas al 100%

Después, aparecen distintos tipos de miedos secundarios como pueden ser:

  • Miedo a cambiar tu estilo de vida y abandonar tus antiguos hábitos que tanto te gustaban.
  • Miedo a cómo será tu futuro y a qué te esperará
  • Miedo a que inicies algo y que todo fracase
  • Miedo a que tu pareja no se comprometa en el mismo nivel que lo puedes hacer tú

Y muchísimos más miedos.

¿Pero sabes qué tienen todos estos temores en común?

Que son fruto de tu imaginación y de tus suposiciones.

Normalmente son cosas que no han pasado todavía y que no sabes si realmente pasarán o no.

Estás ahí haciendo de vidente con tu cerebro dándote premoniciones negativas y catastróficas de lo que será tu futuro.

¿En serio? ¿De verdad permites eso?

No puedes darte el lujo de que tu mente te mande información que no se sostiene y que te haga dudar por ellas.

Información dudosa que no puede (ni debe) influir en tus actos presentes ni en las decisiones que tengas que tomar.

¿Sabes cuándo realmente puedes tener miedo a algo? Cuando tengas ese problema delante tuya y te sientas amenazado por él.

La amenaza igualmente puedes sentirla mucho antes de que el problema sea real, pero esa amenaza es fruto de tus pensamientos y de tu imaginación.

La mente no distingue entre realidad y ficción, por lo que si tienes pensamientos negativos, te sentirás igual de mal que si ese pensamiento se hace realidad.

Me entiendes, ¿verdad?

Y entiendes también que el control de nuestras emociones negativas y de nuestros miedos es fundamental para que no tengamos un futuro predecible y condicionado, ¿a que si?

Prueba, experimenta y vive nuevas etapas en tu vida. Convive con tu pareja, desarrolla esa etapa y vívela a fondo.

No pasa nada si fracasas, no perderás mucho y podrás cambiar nuevamente de rumbo.

Pero perderás muchísimo si empiezas esa nueva etapa teniendo un miedo inexistente que ni tan siquiera sabes que es real.



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