Pues es una frase que ya he dicho muchas veces, pero parece que no tiene la magnitud que debería.
Nos centramos en ayudar a esa persona con filofobia o miedo a comprometerse o enamorarse a que supere sus miedos, y acabamos convirtiéndonos en nuestros propios obstáculos por culpa de carencias propias y miedos.
Es curioso...¿quieres ayudar a alguien que tiene miedo, dejándote llevar por tus propios miedos?
Personas (sobre todo mujeres (bajo mi experiencia)), que empiezan conviviendo con una persona con filofobia o miedo a enamorarse y terminan siendo abandonadas varias veces de forma repetida, incluso en la mayoría de los casos haciéndoles saber que el problema son ellas, y no la persona que se va.
No les importa que la otra persona las abandone, siempre y cuando luego vuelvan y calmen sus miedos, pues sin problema.
Pueden dejarse pisotear emocionalmente, ensuciar sus principios y romper los fundamentos más básicos de una relación o como persona (emocionalmente hablando), y que sin embargo, se les cae la baba cuando esa persona con miedo vuelve pidiendo perdón, y no son capaces de gestionar ese momento de la mejor forma posible.
Creemos que la mejor forma es perdonando y nos autoengañamos de que debemos perdonar siempre, de que tenemos que darle una segunda oportunidad (aunque hay personas que se las abandona veinte veces y siguen en las mismas), y demás historias con el fin de autoengañarte.
Claro que es bueno perdonar, pero no tienes porqué hacerlo ahora que ha vuelto...hazlo después...en una semana...¿no es mejor? Pues no, porque la persona no aguanta ese tiempo.
Empiezan nuestros propios miedos a que la persona que se ha ido o que nos ha dicho algo duro, o que ha roto (nuevamente como ha hecho las cien veces anteriores) se enfade, o la pierdas para siempre.
Y entonces se nos viene a la idea la maravillosa idea de intentar ayudar a esa persona...claro, con nuestros propios miedos a flor de piel, con nuestras carencias en primera linea de batalla.
Hay personas que no consiguen resultados porque ellas mismas son su principal obstáculo, y siempre seguirán siéndolo hasta que decidan cambiar la forma en la que enfocan las cosas.
Muchas de las personas con las que trabajo, se dan cuenta de ello, y trabajamos a fondo para que dejen de ser un obstáculos para ellas mismas y aprendan a dar ayuda efectiva para la otra persona y para si mismas, que es lo importante.
¿Te identificas con lo que acabo de escribir? ¿Estás en una situación en la que el bucle se repite una y otra vez y no sabes de donde viene? ¿Te atreves a descubrirlo? Yo te acompaño en el proceso.
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