Introducción: El misterio del distanciamiento emocional
A lo largo de mi trabajo observando dinámicas de pareja y estilos de apego evitativo/ansioso, he notado un patrón que desconcierta a muchas personas: cuando las emociones empiezan a profundizarse, quienes poseen un estilo de apego evitativo tienden a retirarse. No lo hacen por maldad ni por desinterés. En este artículo exploro por qué ocurre, qué sienten, y cómo este comportamiento impacta las relaciones modernas.
El apego evitativo: un mecanismo de protección, no un rechazo
Las personas con apego evitativo suelen ser vistas como frías, distantes o incapaces de amar. Pero esta percepción es superficial. El evitativo sí desea conexión, aunque ha aprendido —por experiencias pasadas— que la cercanía emocional puede ser peligrosa.
Su infancia o relaciones previas les enseñaron que depender de alguien, mostrarse vulnerables o expresar necesidades podía terminar en dolor, crítica o abandono. Este aprendizaje se fija en su sistema emocional como una verdad silenciosa:
“Si me acerco demasiado, puedo salir herido.”
Por eso desarrollan una estrategia: la autosuficiencia emocional. No porque no quieran amor, sino porque lo temen más de lo que lo reconocen.
Cuando la relación avanza: la aparición del “punto de activación”
Al inicio, un evitativo puede mostrarse disponible, encantador e incluso conectado. Pero cuando perciben que la relación comienza a profundizar —más compromiso, más intimidad, más expectativas afectivas— algo interno se activa.
A este fenómeno lo llamo “punto de activación emocional”.
Es el momento exacto en el que su cerebro interpreta la cercanía como una amenaza. No una amenaza racional, sino emocional.
A partir de ahí pueden aparecer comportamientos como:
-
Distanciamiento repentino
-
Menor frecuencia de mensajes o llamadas
-
Evitar conversaciones profundas
-
Minimizar la importancia de la relación
-
Irritabilidad ante muestras de cariño
-
Justificaciones centradas en la necesidad de “espacio”
No lo viven como una estrategia consciente. Es un reflejo automático y profundamente aprendido.
Lo que realmente siente una persona evitativa
Aunque desde fuera parece que no les importa, internamente suele ocurrir lo contrario.
1. Conflicto interno
Desean conexión, pero el miedo a ser vulnerables les paraliza.
Viven una lucha entre acercarse y protegerse.
2. Miedo a perder libertad
La intimidad emocional puede sentirse como una invasión o pérdida de control.
3. Miedo a decepcionar
El evitativo muchas veces teme no ser suficiente o no poder manejar las expectativas afectivas del otro.
4. Culpa por alejarse
Saben que lastiman, pero no saben cómo manejar la situación sin sentirse abrumados.
El impacto en el otro: la montaña rusa emocional
Para la persona que busca cercanía, el distanciamiento de su pareja evitativa puede sentirse como un golpe emocional.
Surgen preguntas:
“¿Hice algo mal?”
“¿Ya no le gusto?”
“¿Por qué se aleja justo cuando todo iba bien?”
Esta dinámica puede generar ansiedad, inseguridad y sentimientos de rechazo. En relaciones donde un miembro tiene apego ansioso y el otro evitativo, se crea una combinación especialmente dolorosa: cuanto más uno se acerca, más el otro se aleja.
¿Hay solución? Sí, pero requiere comprensión y paciencia
Cambiar este patrón no es imposible, pero tampoco inmediato.
Algunas claves que he observado que funcionan son:
1. Reducir la presión emocional
Cuanta más presión siente el evitativo, más se activa su mecanismo de retirada.
2. Comunicación tranquila y directa y asertiva
Evitar reproches y, en su lugar, expresar necesidades desde la calma y desde la asertividad.
3. Establecer seguridad emocional
El evitativo se abre lentamente cuando siente que no será juzgado ni obligado a cambiar drásticamente.
4. Autocuidado de la otra persona
Estar con alguien evitativo no debe implicar sacrificar la propia salud emocional. También es válido retirarse si la relación se vuelve dañina.
Conclusión: Comprender para amar mejor
El retiro emocional del evitativo no es una señal de falta de amor, sino de miedo. Un miedo profundo, aprendido y silencioso. Entender esta realidad puede transformar la manera en que interpretamos sus actos y nos permite decidir con más claridad cómo queremos relacionarnos.
%20copia%2010.png)

No hay comentarios
Publicar un comentario