Cómo tener una relación correctamente con una persona con filofobia y miedo al compromiso

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martes, 10 de mayo de 2022

Cómo tener una relación correctamente con una persona con filofobia y miedo al compromiso

 


Cuando quieres tener una relación con una persona con filofobia y miedo al compromiso, tienes que tener claros muchos conceptos y saber cómo aplicarlos, además de ello, tienes que evitar que tus carencias interfieran en ese trabajo y por supuesto, ir tú también mejorando a nivel emocional y avanzar junto a esa persona con miedo.

Quiero ir al grano y como sé que seguro que te gustan los testimonios, quiero darte el de una persona que trabajó, desde mi punto de vista, de una forma excepcional y que con las pautas que pusimos y llevamos a cabo juntos, pudo reestructurar muchíiiiiiiisimas cosas, en la otra persona que tenía miedo, y en ella misma.

Esta chica se llama Gloria....así que te dejo su testimonio real, escrito por ella misma....

Voy a ir directa al grano. Conocí a Carlos en una web de citas (no pongo el nombre porque seguro que todos la sabéis). Al poco tiempo de conocernos, empezamos a hablar y todo parecía ir super rápido y a toda pastilla. Era una persona que parecía encantadora, super amable, con las mismas pretensiones y principios que yo. 

Yo al principio era algo escéptica e iba con los pies de plomo. Hablábamos todos los días., mañana y tarde y noche. Empezamos a hablar de futuro, recuerdo que de repente y sin darme cuenta me habló de que quería formar familia, que quería tener hijos y un día me dijo que yo era la mujer perfecta, como si era lo que él siempre había buscado desde siempre.

Admito que empezó a gustarme cada vez más y llegó un día en el que empezamos a salir. Admito también que comencé a notar que sentía algo más por él y cada vez que quedábamos, pues era como si todo fuese a más. Empezamos a tener sexo, y sin darnos cuenta estábamos en una relación, (bueno, eso pensaba yo), aunque nunca hablamos de ello, pero teníamos exclusividad y me sentía bien, porque parecía que todo avanzaba.

De repente un día noté que estaba serio, que no me contestaba como antes. No se, seguro que sabes a lo que me refiero, es esos momentos que ves que algo no va bien (o que lo notas).

Le pregunté que si le pasaba algo y me dijo que me lo comentaría en la cena que habíamos previsto para esa noche.

Cuando hablamos me dijo que no estaba sintiéndose bien. Que no se sentía preparado para tener una relación de pareja, y que no sabía si realmente estaba enamorado o si no. Que no quería hacerme daño y que era un problema suyo que no tenía nada que ver conmigo.

Yo me quedé en shock. Era como ¿qué carajos está pasando? Llevábamos varios meses juntos y todo parecía ir como la seda o mejor y de repente me viene con eso. 

No lo pude evitar, me enfadé y actué como precisamente luego Antonio me dijo que no debería haber actuado. Le eché en cara cosas, me enfadé, y luego empecé a reclamarle cosas. Me sentí mal porque en primer lugar no entendía nada, era muy frustrante, porque no comprendía el porqué era todo esto. Era irracional. Me entraron ganas de mandarlo todo a paseo (incluído a él), pero me di cuenta que lo quería, que en este tiempo había sentido algo bastante profundo por él.

Después todo se enfrió y ya la comunicación cambió. Ya era yo la que prácticamente le escribía, bajó el ritmo de los mensajes, ponía pegas para quedar y acabé sintiéndome bastante mal, por no comprender nada y por hacer lo que no debía.

Cuando empecé a trabajar con Antonio, tengo que admitir que algunas cosas al principio me costó un poco entenderlas, pero agradezco infinitamente su paciencia con los pasos y con el que yo pudiera comprenderlo mejor.

Aprendí a poner en marcha el punto cero. También entendí que no es igual cuando lo haces bien (como me dijo él), a como yo creía que debía hacerlo. Te puedo asegurar que cuando lo haces con un enfoque correcto y asertivo, cambia todo.

Después me di cuenta de que tuve que reforzar mi paciencia mucho y doy igualmente gracias a Antonio por aguantar los momentos en los que me entraron ganas de tirar la toalla (que fueron varios), pero gracias a Dios que no lo hice y que simplemente otorgué el beneficio de la duda ... ¿qué podría perder haciendo por una vez las cosas bien?.

Ahí empecé a poner en marcha pautas de comunicación desde la no relación, luego noté una etapa en la que parecía que se repetían los bucles del pasado, pero Antonio me enseñó a enfocarlos de otra forma. Tengo que aceptar que yo pensaba que no serían tan importantes algunas cosas que hacía, pero luego descubrí que si, que esas cosas a una persona con miedo, son determinantes.

Empecé hablar con él nuevamente, esta vez con un enfoque adecuado. Aprendí en el proceso a valorarme a mi y a darle valor a lo que yo hacía hacia él. Me sentí muy bien en el proceso, porque notaba que crecía mi autoestima igualmente a la vez que veía cómo él nuevamente, haciendo lo que Antonio me decía, se acercaba otra vez.

Todo esto con paciencia y tranquilidad.

Después de las pautas de comunicación, pasamos a las pautas de contacto presencial, y ahí aprendí a sacarle partido a cada vez que salía con él. Es decir, ya no salía por salir, y notaba que esas quedadas con él se convertían en algo más que se enfocaba en algo positivo y bueno.... Tengo que admitir aquí que alguna que otra vez me daba miedo hacer lo que Antonio me decía, porque como parecía que todo estaba bien, pero descubrí que no se trata de que todo vaya bien, también lo fue en el pasado y mira lo que me pasó, así que aprendí a darle un enfoque correcto aunque fuera en contra de lo que parecía.

Quiero resumir, que cuando me di cuenta él me dijo que había cometido un error al alejarse de mi vida, que no sabía lo que sentía, pero que lo que si sabía es que estaba bien conmigo y quería seguir estándolo.

Noté cómo volvíamos a estar en una relación, aunque no la llamásemos como tal. No me importaba, lo que me importaba es que estábamos haciendo cosas que hasta ahora eran impensables por su forma evitativa y huidiza. El nunca quería hablar de relación, de amor, de pareja, de tener algo serio y discutimos en el pasado más de una vez por culpa de ese tema. Admito que fue culpa mía porque parecía que mi principal preocupación era que fuésemos pareja y no acepté que eran más importantes otras cosas.

Una sensación que me gustó mucho es el tema de que sentía que era él quien quería avanzar y yo controlaba ese avance. Como Antonio decía, conseguimos que yo iniciara un camino y fue él quien se quería poner en ese camino, con lo que le permitía (no todo), que se incorporara en él. Me gustó que empezó a avanzar, pero él. También tengo que aceptar que tenía miedo porque se repetían ciertas cosas y me daba temor de que volviera a huir, pero no lo hizo, y eso me sorprendía.

Antonio me enseñó:

1.- A darme valor a la vez que darle valor al presente que vivía con Carlos.

2.- A iniciar correctamente una relación de pareja en la que la baza principal era el presente, cosa que me sorprendió mucho que era lo que realmente Carlos quería.

3.- Que a pesar de que ciertas cosas parecía que las estaba haciendo bien, se podían hacer mejor, infinitamente mejor.

4.- Que la comunicación asertiva a su nivel máximo es una de las claves, que cuando la aplicas bien, cambia no solo tu autoestima (subiéndola), sino el enfoque y la imagen que los demás tienen de ti.

5.- Que cuando tú cambias cosas en ti, la otra persona al ver esos cambios, también cambia y deja de huir, pero hay que hacerlo bien, no hacer las cosas por hacerlas.

6.- Que esperar por esperar no sirve de nada.

7.- Que hablar por hablar no sirve de nada.

8.- Que quedar por quedar no sirve de nada.

9.- Que tener sexo por tenerlo, no sirve de nada.

A día de hoy estoy bien y me considero feliz con Carlos. El no huye, no tiene miedo de hablar de relaciones, pareja, emociones y sentimientos porque así lo he enseñado (bueno, yo quiero llamarlo así porque me sentí como que lo enseñé a ver el presente y a saber que no tenía por qué huir de eso, sin convencerlo de nada y sin demandarle nada, solo haciendo las cosas bien)

Si estás en una situación similar a la mía, no esperes más. Te recomiendo trabajes con Antonio porque aunque parezca que algunas cosas están controladas, si no lo haces bien, descubrirás cómo vuelven a fracasar. Un consejo que puedo darte es que no dejes las cosas para después por el hecho de que parezcan o que están bien o que están demasiado mal. En todos los casos tendrás que crear al principio una base sólida y estable para construir dicha relación, aunque esa persona tenga miedo al compromiso, puedes ayudarla a que deje de tener dichos miedos y tener una relación sana y estable. 



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