Muchos me habéis preguntado cómo puedo volver a atraer a esa persona que huyó en su momento por culpa de sus miedos al compromiso o su apego evitativo. Es un problema complejo, porque no se trata simplemente de manipular o jugar con esa persona, sino de entender realmente lo que sucedió.
Lo primero que hay que tener claro es que no puedes obligar a nadie a cambiar. Si esa persona tiene problemas psicológicos o emocionales, es ella quien debe trabajar en superarlos. Pero también debes ser consciente de tu propio papel en todo esto, y de cómo has permitido que la situación llegue a este punto.
Muchas veces, cuando nos encontramos con alguien que tiene miedo al compromiso, nuestra reacción es pensar que el problema está en la otra persona y que es ella quien debe cambiar. Pero la realidad es que, si le hemos estado dando todo sin que haga nada por mejorar, ¿cómo vamos a esperar que cambie? Prácticamente le estamos "pagando" para que siga en su zona de confort.
Por eso, el primer paso fundamental es que hagas un ejercicio de introspección y recuerdes cómo eras tú cuando conociste a esa persona por primera vez. ¿Cuál era tu actitud? ¿Qué le decías que sí y qué le decías que no? Analiza esa versión tuya del pasado y compárala con la actitud que tienes ahora. Probablemente hayas cambiado, y esa persona que conociste inicialmente ya no te reconoce.
Necesitas volver a mostrar esa primera versión de ti mismo.
Esa actitud que le atrajo en su momento. Pero sin caer en los mismos errores que cometiste entonces, como permitir que la conexión se acelerara demasiado rápido. Tienes que tener voz y voto para frenar y poner límites, aunque a ti también te gustara ir a esa velocidad.
Otra clave fundamental es hacerle ver a esa persona que tienes vida propia.
Que haces cosas, que sales, que no estás siempre disponible para responderle al instante. Déjale claro que no le priorizas por encima de todo, que tienes planes e independencia. Muchas veces, el miedo al compromiso surge porque la otra persona parece estar demasiado pendiente y disponible.
En la misma línea, es importante que no muestres demasiado interés en los detalles o problemas que esa persona te comparta. Si empieza a contarte cosas en plan victimista o catastrófico, no le prestes demasiada atención.
Mantén una actitud más distante.
Que vea que no te dejas afectar por eso.
Y hablando de actitud, otro punto clave es que le hagas ver que has superado el pasado y que no vas a volver a repetir los mismos errores. Tienes que transmitirle que tu camino y tus decisiones dependen de ti, no de ella. Que has tomado la determinación de no caer en lo mismo.
En cuanto a la comunicación, es fundamental que seas tú quien lleve el control.
Incluso cuando ella tome la iniciativa. Utiliza la asertividad para expresar lo que piensas y sientes, sin entrar en discusiones. Si no estás de acuerdo con algo, hazlo saber de forma clara. Que vea que no te limitas a responder a lo que ella dice.
Y por último, adopta una actitud pasota.
Que no te afecten sus comentarios ni sus intentos de provocarte. No entres en discusiones estériles con esa persona evitativa, simplemente expresa tu punto de vista y deja claro que no te interesa discutir. Mantén esa postura firme y distante.
Siguiendo estos pasos, podrás ir generando de nuevo esa atracción en esa persona con filofobia o miedo al compromiso, sin caer en manipulaciones ni juegos. Es un trabajo arduo, pero si eres constante y mantienes esa actitud, poco a poco lograrás que esa persona vuelva a sentirse atraída por ti.
Recuerda que lo importante no es obligarla a cambiar, sino entender el problema que tiene y tu propio papel en todo esto. Si consigues reposicionar tu actitud y tus límites, es muy probable que esa persona evitativa acabe dejando atrás sus miedos y vuelva a acercarse a ti. ¡Éxito!
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