En este artículo quiero explicarte cómo un pequeño cambio en tu actitud puede cambiar muchísimas cosas en el resultado que obtienes con esa relación con una persona que evita el compromiso o tiene miedo a él (filofobia). El cambio es muy sutil, pero el resultado puede ser realmente impactante.
Para ilustrarlo, voy a ponerte un ejemplo típico de una excusa que suelen dar las personas con filofobia o miedo al compromiso: "Yo no puedo estar a la altura de lo que tú quieres, de lo que tú necesitas. Yo no puedo estar a la altura de lo que tú quieres". Esta es una excusa muy común que estas personas utilizan.
La actitud que suele tener todo el mundo frente a esto es decir: "Pero si yo no te estoy pidiendo nada, yo no te estoy pidiendo que me des nada, yo no quiero que me des nada. Yo soy feliz como soy, yo no necesito que nadie me haga feliz ni que me tenga que dar cosas". Esta es la actitud base que la mayoría de las personas adoptan.
Sin embargo, la actitud que deberías tener es cuestionar esa afirmación: "Me puedes decir en qué momento te he pedido yo que me des algo, por favor? En qué momento te he pedido yo algo?". Aquí estás cuestionando esa afirmación y convirtiendo eso en el tema de conversación.
La reacción que va a tener la persona habitativa va a ser: "No, sí es verdad, sí tal, pero es que no sé, no puedo tal". Pero tú insistes: "Oye, me puedes responder por favor? Me puedes decir en qué momento te he pedido yo que me des algo que a mí me haga falta?".
Y entonces te callas y esperas, y desarrollas un tema de conversación a partir de ahí. Si volvéis a quedar o a hablar, y la persona evita la conversación, tú puedes decir: "Oye, una cosa, me quedé pensando en lo de ayer porque no me respondiste a eso, y necesito que me respondas, porque me he quedado un poquito en shock con que creas que yo te pido cosas o con que creas que tú me tienes que dar a mí algo para que yo sea feliz, y eso a mí me raya un poco".
Continúas diciéndole: "Ya si tú tienes una percepción de mí que no es la correcta, es responsabilidad mía porque estoy permitiendo que tengas una imagen de mí mal, y yo no puedo permitir que tú tengas una imagen de mí que no es así. Así que te pediría por favor que me respondieses en qué momento te he pedido yo algo, y por qué has sacado la conclusión de que yo necesito algo de ti". Y sigues por ahí.
Probablemente, la persona se va a ir, se va a agobiar, y va a aparecer un distanciamiento. Pero has conseguido algo muy importante: has logrado que esa persona tenga un poquito más de miedo de sacar pensamientos incoherentes o afirmaciones que no dependen exclusivamente de la realidad.
Has conseguido que tenga un poquito más de cuidado a la hora de emitir pensamientos de forma tan rápida, y que se pare a pensar: "Ostras, voy a tener cuidado, vaya a hacer que mis pensamientos disfuncionales se carguen lo que tengo aquí con esta persona".
Eso es lo que has conseguido: has transformado ese miedo disfuncional que esa persona tenía, que daba por hecho, en un miedo real. Has quitado a esa persona de su proyección y de la posibilidad de que, aunque tú le hayas dicho que no le pides nada, eso sea real.
Has conseguido que esa persona cuestione toda la realidad que está viviendo. Y cuando una persona hace eso, cuando mira el presente, no puede proyectar. Así que has conseguido un avance muy importante, aunque parezca que no.
Este cambio de actitud que te estoy explicando no solo se puede aplicar a este ejemplo, sino a cualquier otro. Por ejemplo, cuando la persona dice: "Es que yo no sé si siento lo suficiente por ti". No es lo mismo que le andes explicando qué significa sentir lo suficiente, y todo eso, que cuestionar esa situación de la manera correcta.
Lo que todo el mundo hace es entrar dentro de esa línea y decir: "Bueno, y eso qué significa y tal". No, la actitud que deberías tomar es cuestionar eso y convertirlo en el centro del debate, en el inicio de una nueva conversación. Tú le dices: "Tú has pensado que yo estoy enamorado de ti, entonces, ¿por qué para que tú me saques el tema de que no sabes si sientes lo suficiente, estás pensando que yo sí siento lo suficiente por ti? Me lo puedes explicar eso, por favor?".
Y conviertes esa situación en un tema de debate y partes de ahí, no de "Bueno, es que yo no sé, no estoy seguro, vale". Pero si ha sacado ese tema, es porque está dando por hecho ciertas cosas tuyas, ¿verdad? Siempre termino en "verdad".
La actitud cambia. Muchas personas me dicen: "Sí, sí, eso que tú estás diciendo lo he hecho yo ya, años luz, aunque hayas dicho más o menos lo mismo". Pero aquí lo que funciona con este tipo de persona es este cambio de chip, este cambio de actitud. Eso es lo que hace que esa persona cambie, se posicione y se ancle un poquito más en el presente, y tenga un miedo real.
Y recuerda una cosa muy importante: si quieres que una persona con filofobia o con miedo al compromiso deje de tener ese miedo o deje de inventarse ese tipo de excusas, tienes que conseguir transformar ese miedo disfuncional en un miedo real, con las consecuencias de ese miedo real. Y de ahí pasarlo a un estado positivo. No te saltes pasos.
No hay comentarios
Publicar un comentario