El típico ejemplo de comportamiento filofóbico

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El típico ejemplo de comportamiento filofóbico

Como siempre, son muchísimas (muchísimas de verdad) las personas que siguen preguntándome "¿cómo sé si la persona con la que estoy saliendo tiene filofobia o es que simplemente no me quiere lo suficiente?"

Ya vimos en este post, que esa pregunta tiene su trampa y normalmente sirve para tu comodidad, pero no para ayudar a solucionar el verdadero problema.

Para que sirva a modo de identificación, quiero ponerte en este artículo, el patrón básico y normal que suelen experimentar las personas con filofobia o miedo al compromiso.

Vamos a poner el ejemplo de Carmen (un ejemplo real que yo mismo trabajé. Puedes ver otros ejemplos de este tipo aquí)



Carmen era una chica de 35 años que conoció a un chico en su trabajo y empezaron a gustarse y a iniciar una rutina de salidas juntos.

Así que la dejo a ella expresarse con sus propias palabras.

El inicio de la relación


Carlos era fantástico, genial. Coincidía con el prototipo de persona que yo quería en mi relación de pareja.

Ya nos conocíamos del trabajo, y cuando empezamos a salir, era todo maravilloso.

Las primeras semanas, era todo super intenso. Me daba cariño, me hablaba de que yo le gustaba mucho, teníamos relaciones sexuales....¿qué más podría pedirle para tan pronto?

Una noche incluso llegó a decirme que estaba enamorado de mi, que yo era la mujer perfecta para él.

Nos veíamos todos los días en el trabajo y salíamos casi todas las noches a tomar algo, a disfrutar.

El empezó a ir a mi casa y se llegaba a quedar hasta la mañana siguiente.

Para mí parecía todo tan maravilloso que ni me lo creía.

Si tuviera que resumir esos momentos de la relación, los describiría como intensos, emocionalmente fuertes, super positivos y de los que te hacen vibrar y volver a recuperar la ilusión de que las personas ideales y la pareja perfecta existen de verdad.


El momento del cambio


Una noche que habíamos salido, noté que Carlos estaba un poco frío y distante.

Ya llevaba un tiempo así, pero supuse que era por el tema del trabajo. Últimamente había tenido mucha carga de trabajo y estaba agobiado, yo así lo notaba.

Pero esa noche estaba especialmente distante.

De repente va y me suelta: "Carmen....no se si estoy preparado para tener una relación de pareja contigo"

¿Eh......?...¿pero qué me está diciendo este?

Mi respuesta fue: "¿Pero qué estás diciendo Carlos? ¿Qué te pasa, últimamente estás raro y no se si te ha pasado algo?"

El contestó: "No me pasa nada, es que simplemente creo que vamos demasiado rápido y tengo miedo. No se si esto es lo correcto y no se si lo que siento por ti es amor o no"

A mí casi me explota el corazón con esa frase.

Estuvimos hablando esa noche en un tono que caso rozaba la discusión.

Al final el me dijo: "Bueno, será mejor que lo dejemos ahí. No es culpa tuya, es un problema mío y necesito mi tiempo para pensar y solucionar ciertos problemas emocionales míos"

Yo no entendía qué significaba eso. Luego, cuando estuve trabajando con Antonio, descubrí que es la excusa típica para retirarse, para al final no hacer nada y solventar ese momento de tensión.

Y así era, tal cual.

Lo único que quería en ese momento es irse.

Pero yo no lo entendía.

Le mandaba mensajes, lo presionaba, hasta me enfadé con él (Error número uno)

Al cabo de varios días, ve que me había bloqueado del móvil.

Cuando lo veía en el trabajo, ni me miraba.

Las veces que me dirigía a él, simplemente me decía: "No es momento de que hablemos de esto"

Al final acabé frustrada y sin entender qué pasaba.

¿En qué falló mi relación con Carlos?


Al principio no sabía que pasaba.

Leí varios artículos y encontré el blog de Antonio en el que se describían situaciones exactamente iguales a la que me había pasado a mí con Carlos.

Sin embargo, me vino la estúpida pregunta de: "¿Será que tiene realmente filofobia o es que no estaría enamorado de mi lo suficiente?"

Eso me hizo estar varios meses pensando si me decidía a trabajar en este problema o simplemente lo abandonaba a mis excusas.

Era como si mi dudase de si merecía la pena luchar por quien quiero, por miedo a que no me correspondiera.

¡¡Qué mentalidad más pobre!! ¿Verdad?

Pues ese fue mi pensamiento más recurrente.

Sin embargo, había ciertas cosas que yo sabía que me había equivocado, por muchas razones:


  • Cuando Carlos me expuso su problema, no lo entendí. Pensé que se estaba riendo de mi, que había jugado conmigo y que me había hecho daño por algo tan estúpido y sin sentido como lo que me había dicho.
  • Lo juzgaba y cuestionaba lo que me transmitía, porque no sabía meterme en su persona, en cómo estaba viendo él la situación. Al final pensé que estaba con otra chica o que había dejado de quererme, pero esa no era la verdad de lo que Carlos estaba sintiendo.
  • No sabía nada de la filofobia. Ni tan siquiera sabía que eso podía existir, por lo que al tener conocimientos limitados, mi ego me decía que eso no era posible y que él hacía todo eso por otro motivo.

Infinidad de conceptos que no supe trabajar bien.

Quizás si hubiera sabido actuar en el momento oportuno, de la forma correcta, pues no habría sido tan radical esa situación y habría ayudado a Carlos antes.

Por suerte, pude reiniciar a tiempo mi relación con él, sabiendo a fondo cuál era el verdadero problema y viendo cómo la filofobia es capaz de hacer que todo esto pase y que aparente cosas que no son.

Un consejo que puedo darte es que no creas lo primero que ocurra. Juzga y analiza cada cosa que te suceda. 

Antonio me enseñó a someter a juicio todo....incluso lo que él me decía. 

Que todo pasara por el filtro del presente y de la realidad, y que viera que dicha realidad cambia dependiendo de quien la mire y bajo el enfoque en que la mire.

Yo no supe ver las cosas bajo el punto de vista de Carlos y eso me hizo pasar por una etapa de frustración en la que casi tiro la toalla.

Una vez supe acerca de la filofobia y el miedo al compromiso, pude cambiar mi enfoque y trabajar mejor, tanto con él, como conmigo misma.


Para todas aquellas personas que se han hecho alguna vez la pregunta de "¿será miedo o será que no me quiere?"...he querido compartir mi caso para que sirva de ejemplo sobre cómo una persona puede quererte y no saber materializar dicho sentimiento hacia ti.

Al provocarle miedo el no saber cómo afrontar la situación, su autoestima lo incapacita para seguir adelante, y el efecto que provoca es la retirada bajo el miedo.

¿Pero me quiere? Claro que si.

¿Entonces porqué no lo demuestra? Porque no sabe, no puede, cree que no sabe o cree que no puede.

Ahora te toca a ti entender eso o no, y de que lo entiendas dependerá de que consigas tener una relación con esa persona con filofobia o miedo al compromiso.

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