¿Afecta la filofobia o miedo al compromiso en el tema del sexo?
¿Hay alguna característica principal que las personas filofóbicas demuestren en el ámbito sexual?
Son muchas las personas que siguen teniendo dudas si existe relación entre este transtorno y los problemas que ya de por si uno pueda tener en la cama con la otra persona.
Pero para aclarar todo y hacernos una mejor idea de lo que estoy hablando, quiero traerte como invitada especial a Laura Montes.
Ella es Socióloga y Sexóloga, autora del blog
lauramontes.com
Laura nos va a solucionar varias
dudas acerca de la filofobia y su repercusión en el plano puramente sexual.
Espero que te sea de utilidad.
PODCAST
POR SI PREFIERES LEER
¿Quien es Laura Montes?
Hola, soy Laura, socióloga, sexóloga, educadora
sexual y sex coach.
Y me dedico a sesiones y
especialmente a cursos y talleres presenciales y sobre todo online con el
objetivo de ayudar a personas a vivir su sexualidad de una forma más sana y
positiva, superar dificultades sexuales o problemas de pareja e intentar que las
personas se sientan más libres, plenas y satisfechas con su propia definición
de sexualidad, su placer y relaciones de pareja.
E intento hacerlo de
forma abierta, amena, divertida y libre de tabúes, en un espacio cómodo para
que transformen su vida sexual.
Por eso, el tema que me planteas me parece de vital importancia para alcanzar
ese equilibrio vital que todos deberíamos experimentar.
Todos sabemos ya la definición de este transtorno, pero....¿Qué es para ti la filofobia?
Entiendo que es el miedo a enamorarse o más bien es el miedo a comprometerse en
una relación de pareja. El problema de la filofobia es que nuestros sistemas de
alerta se ponen en marcha y por tanto nos generan estados de ansiedad,
frustración, estrés, tristeza e incluso ataques de pánico….en conclusión: Malestar
y desconcierto por el miedo, un miedo no identificado y que convive con
nosotros de forma sigilosa…
y el miedo qué hace? Que nos pongamos en estado de ataque o
defensa.
El ejemplo más común serían aquellas personas que comienzan una relación y al
poco tiempo o ante un cambio de situación o estado, no hacen más que poner
excusas o sacar pegas y defectos a esa relación o persona. E incluso buscan la
confrontación para que sea la otra persona la que rompa la relación.
Y así, una y otra vez. Y el primer análisis por su parte es pensar en cómo “está el mercado”, “no hay nadie que
merezca la pena”, “tengo muy mala suerte, siempre topo con el mismo perfil”,
etc..
Sin embargo, no entran a un análisis más profundo de cuál es la razón real de
esa situación, del por qué de su comportamiento.
Y dentro de la filofobia, la sexualidad, esa parcela vital e indispensable de
todo ser humano, juega un papel muy importante.
¿Por qué? Porque la sexualidad tiene 3 objetivos:
1- La reproducción: El obvio! Como
cualquier otra especie del reino animal, el ser humano lleva escrito en sus
genes la continuidad de la especie. Y por tanto disponemos de los órganos
sexuales para este objetivo.
2- Sobrepasamos las barreras de la reproducción y el ser
humano incorpora la erótica, el deseo y el disfrute no sólo de los órganos
sexuales al uso, también el cerebro, la imaginación, etc.. Eso es el PLACER , que además, para los que no lo
sepáis, el placer es un derecho sexual de todo ser humano, uno de los
derechos recogido en la Declaración Universal de los Derechos Sexuales.
3- La comunicación: Si, la
sexualidad como canal para relacionarnos con otros seres humanos, expresar
pensamientos, sentimientos, conceptos, deseos, fantasías, sensaciones,
emociones, actitudes, valores, …
La filofobia por tanto puede incidir directamente en
estos objetivos de la sexualidad, en temas reproductivos
por ejemplo, imagina si cuesta comprometerse en una relación, lo complejo que
puede ser cuando se salta ese paso y se plantean éste tipo de argumentaciones.
Puede ser un motivo más de rechazo para el no compromiso, pero que no
expresamos y eludimos el tema, dejamos pasar el tiempo y si el momento
llega…voilá, se desaparece.
En el placer? Sucede lo mismo, el
temor a fracasar, a no cumplir expectativas, traumas, temores de relaciones
pasadas…muchas motivaciones que nos paralizan y hacen que no disfrutemos de los
encuentros sexuales cómo debiéramos.
Y por supuesto en la comunicación,
general e incluso en la comunicación erótica, el filofóbico, mantendrá una
actitud retraída ante determinados planteamientos y conversaciones o en alerta
y a la defensiva. Muchas veces no son capaces de identificar el verdadero
motivo de sus emociones y por tanto no expresaran todos esos miedos que les
impiden avanzar o comprometerse.
¿Por qué piensas que hoy
en día es tan común que las personas tengan miedo a tener una relación de
pareja seria, estable y duradera?
Estamos en continuo cambio social, nuevos patrones de cómo nos relacionamos,
cómo ligamos y cómo establecemos las normas internas en una pareja.
De hecho creo que hay un cierto grado de conflicto entre valores asociados a
patrones familiares al uso, por así decirlo, dónde el amor era para siempre
jamás, “contigo pan y cebolla”, con roles de género muy definidos y etapas
vitales asociadas: tengo novio/a, pasa un tiempo, me caso, llega la
convivencia, luego vendrán los hijos y así… fórmulas que funcionaban y
funcionan para algunas personas.
Y valores más actuales, dónde los roles de género por fin empiezan a
difuminarse y dónde el concepto de libertad individual gana más peso. Las tasas
de divorcio son más elevadas, estar “soltero está de moda” y la diversidad
sexual y las formas de entender las relaciones tienen nuevos horizontes.
Y todo este cóctel de valores, puede llegar a confundirnos y mucho en el momento
de establecer relaciones y afianzarlas.
A esto también hay que unirle nuestra
experiencia a lo largo de los años, es inevitable que en nuestra vida
emocional y sexual, carguemos con mochilas del pasado;
Los fracasos con anteriores parejas, el evaluar de forma más concienzuda si
tenemos hijos a cargo, la idealización de una pareja, la accesibilidad para
ligar y comenzar nuevas relaciones, el no querer renunciar a nuestros espacios
personales y hábitos adquiridos…
Un claro ejemplo es el nuevo paradigma para conocer gente nueva y ligar, las
miles de aplicaciones y páginas de
contactos.
A día de hoy el 60% de los españoles las usa y efectivamente tienen aspectos
muy positivos, permiten interactuar con más gente de cualquier rincón,
posibilita conocer otro tipo de facetas distintas a si lo conocieras en un bar,
acorta tiempos y un largo etc muy positivos…
pero también es cierto, que a pesar de que internet aporta anonimato y permite
que las personas se expresen más, como en la vida misma, la comunicación
honesta brilla también por su ausencia y este tipo de aplicaciones potencian lo
que se conoce como la “deseabilidad
social”, allí todos somos fantásticos, tenemos unos cuerpos de anuncio y no
tenemos abuela, lo que genera unas expectativas que no siempre se cumplen una
vez llevado a la realidad.
Ésta nueva forma de ligar, que me parece fantástica como herramienta, pero que,
como en todo, será nuestra actitud y forma de uso lo que marque la diferencia,
ese formato a modo de “catálogo”,
sigue centrado en modelos ideales dónde nosotros seleccionamos dentro de un
amplio espectro y que puede generar mucha frustración, porque de nuevo, chocan
con esos valores ideales y expectativas.
Según los datos de una encuesta realizada recientemente, la mayoría de las
mujeres las utiliza con el objetivo de buscar una pareja estable, en el caso de
los hombres el objetivo es el mismo, aunque se conforman con relaciones más
breves o esporádicas…
De hecho esta encuesta también dice que lo más consultado es la foto, claro
para evaluar el atractivo físico, luego la edad y lo último las aficiones o la
profesión.
¿Es esa la manera adecuada si queremos encontrar una pareja de verdad? de nuevo
expectativas!
Todavía, por desgracia
hay personas que no le dan la suficiente importancia a este tipo de problemas. ¿Es la filofobia un verdadero problema a
tener en cuenta?
Por supuesto, es cuestión de salud, de bienestar emocional, de balance en
nuestra vida.
Si tenemos miedo a perder nuestra individualidad, de pensar que no seremos
libres, a no comprometernos para no pasarlo mal por un posible abandono o a que
nuestra pareja no cumpla con nuestro modelo de pareja ideal… tenemos un
problema. Vivimos en un continuo cierre de puertas por temor a emociones
desconocidas o no querer volver a vivir sentimientos pasados o no querer gestionar
emociones que no contralamos y nos dominan.
Pero en realidad se trata de autoengaño de no querer saber quiénes somos y qué
objetivos vitales reales anhelamos en la vida o por qué nos sucede eso una y
otra vez. Construimos un muro a nuestras emociones.
Es frecuente, en hombres o mujeres, que saltan de una pareja sexual a otra,
quizá la química en la cama funcione y en sus pensamientos sobrevuele la idea
de mantener una relación más estable con alguna de ellas, pero sin embargo ese
miedo, ese muro a no abrirse emocionalmente les impide ir más allá aunque lo
deseen y entonces los encuentros sexuales se vuelven cada vez más vacíos porque
es el único vínculo que los mantiene, comienzan a buscar excusas o conocen a
una nueva persona que les aporta la novedad sexual y les permite salir de esa
situación.
Un ejemplo de cómo impacta ese bloqueo en el caso de la sexualidad masculina,
chico conoce a chica y pasan a la acción, pero él va sumamente nervioso, en
realidad ella le gusta muchísimo, le resulta muy atractiva y además hace mucho
tiempo que no mantiene una relación sexual. Esos nervios unido a no querer
fallar, a cumplir con ella según los patrones establecidos, es decir, triunfar
se asocia a tener una relación coital con un orgasmo épico e infinito…
todo esto en su cabeza
le genera tal tensión inconsciente que o bien aquello no se levanta, el famoso
“gatillazo” o bien se escapa antes de
tiempo, “eyaculación precoz” y ya la hemos liado, porque la gran mayoría
de las personas no asimilamos estas situaciones con normalidad o no tenemos los
recursos eróticos como para fluir sexualmente de otra manera, por lo que el
resultado será la frustración de él, la vergüenza y el temor de que eso vuelva
a suceder y aunque le guste mucho, muchísimo la fémina en cuestión, lo vivirá
como un fracaso, como una experiencia negativa y preferirá desaparecer del
mapa. Aunque quizá fuera o no la mujer de su vida.
Por lo tanto, sí, la filofobia, como cualquier comportamiento que nos haga
sentirnos mal o nos genere tensión y estar en alerta, deberíamos aprender a gestionarlo
desde un plano emocional. Indagar el por qué nos sentimos así,
tomar consciencia de cómo nos relacionamos y también saber cómo impactamos en
los demás y cómo gestionar nuestras emociones.
Uno de los inconvenientes más graves que tienen las personas con filofobia es
el tema de saber qué tipo de relación están teniendo con esa persona...¿Es tan importante
hoy en día “etiquetar” una relación?, es decir...¿por qué nos comemos tanto la
cabeza en determinar si la persona con la que estoy saliendo es mi amigo, mi
pareja, mi novio o mi marido?
Estamos en la época de las etiquetas, desde el punto de vista de diversidad
sexual, de relaciones, … poliamor, demiamor, pansexualidad, bisexualidad, etc y es positivo porque nos normaliza esa
situación, nos amplia horizontes, cuando verbalizamos y etiquetamos, damos
significado y establecemos patrones o nos aporta incluso seguridad de que no
estamos solos.
Necesitamos poner etiquetas porque supone establecer límites y nos ayuda a
entender esas pseudo normas implícitas.
Aunque yo creo que precisamente lo óptimo sería vivir en un mundo sin
etiquetas, porque en el caso de algunas etiquetas, justifican que yo me tenga
que comportan de una u otra forma.
Un claro ejemplo son los
roles de género,
como mujer o hombre, tengo asociados una serie de adjetivos y actitudes propias
de mi género y si no me comporto así me siento incluso raruno o la reacción del
otro me hace sentirme así…
Llevado esto al terreno sexual, los mitos sociales asociados al género dirían
que la mujer es mucho más sumisa en la cama que un hombre, que tardan mucho más
excitarse, que no suelen masturbarse o que necesitan menos sexo que un hombre.
Y en el caso contrario exactamente igual, que un hombre siempre está dispuesto
a tener sexo, que es más promiscuo, es él quien debe tomar la iniciativa sexual
o no expresar sus emociones en un encuentro sexual.
Esto son cualidades sexuales que asociamos al género y que no dejan de ser
mitos y construcciones sociales que nada tienen que ver con la realidad sexual,
pero que sí pueden derivar en miedos y bloqueos respecto a lo que se espera de
nosotros y lo que realmente nos apetece hacer o no entre las sábanas,
pero como seres sociales, necesitamos esa pertenencia a un grupo concreto, que
nos entiende, valora y comparte inquietudes, gustos o experiencias.
Otro ejemplo muy común con las etiquetas… Los
amigos con derecho a roce… ¿Cómo establecemos esas etiquetas? ¿Si
has quedado 2 o más veces? ¿Si vas al cine sin tener un encuentro sexual pasa
al estatus de novio? ¿Si ya llevas 6 meses de roces cambia de categoría?
Necesitamos entender cuáles son las reglas del juego en la que nos encontramos,
como seres humanos la etiqueta nos marca pautas. Y eso es precisamente lo que
le puede llegar a aterrar a un filofóbico.
Dejar un calzoncillo y el cepillo de dientes en casa de su amante en su cabeza
puede implicar mudanza y boda en un mes…y con ello pérdida de libertad, lio
emocional, bloqueo y alejamiento repentino.
De nuevo, la realidad no se asemeja, quizá tengan una relación más comprometida
y clara aquellos que se autocalifican como amigos con derecho a roce, quizá
aquellos que están casados pero que tienen una relación abierta… la etiqueta y
el significado que le queramos dar, deberíamos crearlo nosotros mismos, de
manera consensuada y libre con nuestra pareja. Comunicar y expresar nuestros
miedos ante una etapa o emoción diferente en vez de cerrarnos puertas nos
permitirá fluir y generar ideas y proyectos.
Porque… ¿Existe la pareja perfecta? Otra característica de la filofobia es la
idealización, nos imaginamos personas tan perfectas e idealizadas que claro son
inalcanzables, jamás las encontraremos, es la excusa perfecta porque ellos
ponen la actitud, pero claro… ¡no exístela persona adecuada!
Quizá la persona sea un as en la cama, pero no comparte inquietudes culturales
o se lo pasan bomba visitando museos pero en la cama no cuajan… siempre
existirán peros para que no fluya y es que…en el equilibrio está la virtud,
afortunadamente cada persona vive y siente de forma diferente, así que si
buscas esa media naranja… no vamos por buen camino.
Ese concepto de media naranja, de un ser que te completa y complementa creo que
es erróneo, porque básicamente no
existe. Siempre planteo la pregunta… ¿Verdad que dos naranjas completas y
enteras dan mucho más zumo que una mitad? Pues en las relaciones pasa exactamente
lo mismo, cada visión del mundo aportará nuevas formas de ver la vida, cada
experiencia sexual que cada uno lleve a la cama, generará nuevas sensaciones. Ver
la diferencia como una posible distancia en vez de verla como un sumar y
aprender, nos pone en el camino de no querer comenzar un proyecto común.
La pareja perfecta es aquella que se crea entre dos, pero para eso hay que
darse la oportunidad, dejar los perfeccionamientos, los ideales y el pasado en
un cajón y dejarse fluir.
¿Tú piensas que se puede
estar enamorado y tener miedo a la vez?
Sí, claro que sí, el
miedo en pareja y en la esfera sexual es una de las barreras más frecuentes. El
tema es que generalmente no somos conscientes de por qué reaccionamos o nos
comportamos de una determinada forma y es el miedo el que se encuentra detrás
de muchas de esas actitudes en pareja o en el desarrollo de un encuentro
sexual.
En esa fase de enamoramiento pueden surgir miedos en muchas de sus vertientes,
miedo a perder a esa persona amada, miedo a dejar de sentir ese subidón que nos
aporta estar enamorados y que termine esa fantástica experiencia, miedo a
fracasar en la relación y tropezar en la misma piedra, miedo a no cumplir con
las expectativas de nuestra pareja, miedo a mostrarnos tal y cómo somos, porque
en esa fase primera de enamoramiento todo son virtudes, positivismo y buen
rollo, pero sabemos que quizá hay cosas que a nuestra pareja no le van a gustar
tanto si las mostramos, si mostramos nuestras debilidades y vulnerabilidades.
En sexualidad es frecuente que el concepto de cómo expresar nuestra sexualidad
sea diferente y las primeras veces estamos en la fase de tanteo, de explorar y
más o menos fluye y no sacamos los peros… o al menos no muchos….
Sin embargo, ¿Qué pasa con una mujer que le abandonó su pareja anterior y se
fue con otra persona?
Ella ahora en una nueva relación tiene miedo a que le suceda lo mismo, a perder
a esa persona, ese temor hace que sea complaciente en sus relaciones sexuales,
deja que él tome la iniciativa e incluso finge en ocasiones sus orgasmos, es
incapaz de expresarle que eso no le gusta o no le excita y con el tiempo, esa
rutina no le genera satisfacción sexual.
Existe una mayor preocupación por cumplir las expectativas y agradar a su
pareja, que por disfrutar el momento y construir su sexualidad de forma
conjunta y placentera.
Pero teme expresarle lo que siente y las practicas que en realidad le gustaría
hacer, por temor a que se ofenda y le abandone. La relación se romperá por la
monotonía adquirida. Sin plantearse qué hizo o no para poner solución a sus
temores, de nuevo, el miedo nos paraliza y nos impide tirar ese muro a través
de la comunicación.
Tenemos que ser capaces de identificar las huellas negativas de historias
pasadas, ser capaces de quitarnos esas mochilas y aprender a disfrutar el
presente, el aquí y el ahora.
Nuestra sexualidad afortunadamente es dinámica, va cambiado con el tiempo, no
sentimos lo mismo a los 20 que a los 40, lo que no nos gustaba con aquella
pareja puede que nos enloquezca con esta otra, nuestro conocimiento del cuerpo
y nuestros gustos se desarrollan y cambian con nuestras vivencias y
experiencias. Cerrar puertas y anclarse en el pasado, nos supone censurar
nuestro crecimiento sexual y limitar nuestro placer sexual.
¿Qué le recomendarías a personas que están ya en una
relación y empiezan a tener los primeros síntomas de miedo al compromiso o a
seguir adelante con dicha relación?
Dentro de la esfera sexual, hay un concepto muy interesante que plantea la
terapeuta Esther Perel en referencia a la comunicación, en este caso a la
comunicación erótica y que es válida tanto para parejas que ya llevan un tiempo
como parejas que acaban de comenzar.
Los primeros porque no quieren descalabrar a sus parejas de siempre y los
recién enamorados porque no quieren asustar a sus nuevas parejas…
Este concepto lo que nos dice es que existe un cierto velo de corrección que por no herir a nuestra pareja o no por sentir
rechazo, no expresamos aquello que queremos porque la opinión de esa persona es
muy importante para nosotros, nos impacta y preferimos aplicar una autocensura antes que sentirnos mal.
Esto lleva a la persona a no expresar sus inquietudes por miedo y seguir
perpetuando una especie de guion estricto y rutinario que puede caer en el
mayor de los aburrimientos y la monotonía o bien a no romper esa barrera desde
el principio y mostrarnos tal y como somos.
Sería el caso anterior de no expresar sus gustos o preferencias sexuales por ejemplo.
Para ello Esther Perel
propone incorporar a la pareja lo que llama una “cuota de riesgo”
para superar esa visión estática y rutinaria de la sexualidad o bien comenzar
la relación desde una comunicación honesta, constructiva, sin tabúes ni velos
para construir en el transcurso de esa relación.
¡Hay que arriesgarse! Y a pesar de esas reticencias por no asustar a nuestra
pareja sexual, hay que probar y lanzarse.
Similar al anterior, otro ejemplo práctico sería con el tema de las fantasías sexuales: por miedo a lo que
pensará la otra persona, no las expresamos.
Si una persona practica el BDSM y le excitan los juegos de dominación y
sumisión… ¿Por qué no planteárselo a nuestra pareja sexual? Damos por hecho que
esa persona va a sentir rechazo y anticipamos situaciones que aún no se han
dado, cuando el resultado puede ser otro que nos sorprenda gratamente… y es que
esa pareja esté dispuesta a probar y explorar otros juegos sexuales.
Hay abandonar ese miedo a ser juzgados y hay que arriesgarse. Nos ayudará a
reducir esa tensión emocional, ese run run de …” si planteo esto…pasará esto otro…”. Una comunicación bien
planteada y participativa, ayudará a ir haciendo ese muro cada vez más poroso.
Otro ejemplo sería el de cómo distribuimos nuestras prioridades vitales a lo largo del día, en el ritmo frenético
diario las responsabilidades laborales, familiares, domésticas…nos roban el
tiempo, desde la óptica un filofóbico saltarán todas esas alertas de robo de
individualidad si tiene que además dedicar tiempo a esa pareja, por lo que lo
mejor será dejarlo porque entre el trabajo, el gimnasio, los amigos y hacer la
compra… ya no quedan horas al día, la excusa perfecta para no comprometerse.
Pero ese modelo… ¿ de verdad nos hace felices?
Si con esa pareja sexual, llego cumplo y a otra cosa mariposa…. ¿De verdad me
siento satisfecho/a? ¿Podría decir que tengo una sexualidad positiva y
saludable?
¿No es una visión muy limitada de nuestra sexualidad y de las relaciones? ¿Casi
de pulsión biológica?
Esa inmediatez, quizá arrastrada a no querer comprometerse, terminará en lo de
siempre… “ a otra cosa mariposa” y a seguir con los ritmos frenéticos.
Comprometerse con algo o alguien no tiene por qué tener esa connotación de
obligatoriedad, debemos quedarnos con la visión de que se trata de un acuerdo
que hemos elegido libremente y que por tanto requiere de atención porque hubo o
hay algo que nos motivó a ello.
¿Te has apuntado al gimnasio y seguro que no fallas? ¿Te
gusta una persona y por miedo a …x… eludes que forme parte de tu agenda diaria?
Si lo ves como una obligación, ese miedo x…que aún no has identificado o no
quieres dar solución, requiere de una reflexión más profunda de cuáles son tus
prioridades en la vida y cuál es el origen de que esa persona no figure en tu
agenda. Aquí la cuota de riesgo, es analizar y exponer tus propios miedos para darles
solución y cambiar actitudes.
CONCLUSIÓN
La filofobia afecta a cómo nos relacionamos y por tanto afecta a nuestra vida sexual, principalmente a no vivir una sexualidad con actitudes saludables y positivas.
Y no aprender a gestionar esos miedos, puede derivar en disfunciones sexuales como la eyaculación precoz, disfunción eréctil, vaginismo o transtornos del deseo y del orgasmo.
Muchos de los problemas que se consultan, tienen que er con esos miedos, esas mochilas personales que nos impiden mostrarnos como realmente somos y por tanto embarcarnos en un proyecto con otra persona.
Como bien nos acaba de explicar Laura, existe una vinculación real y efectiva
entre la filofobia y el miedo al compromiso y el sexo como tal, tanto a nivel emocional como a nivel puramente físico.
¿Te gustaría mejorar en el ámbito sexual?
Pues nada mejor que tener a tu lado a una especialista que pueda guiarte de la mano sobre este tipo de temas que hoy en día parecen tacharse de "tabú".
Son muchas las personas que
sufren en silencio problemas a nivel sexual y tienen miedo de exponerlos, admitirlos o intentar solucionarlos.
Saber qué pasos hay que dar para mejorar en esta faceta tan importante de tus relaciones sentimentales, es algo que no tiene precio.
Laura nos ofrece un taller online enfocado especialmente en mujeres, (aunque puede trabajarse también en parejas), en el que te enseñará a conectar y disfrutar de tu feminidad....
"CONÉCTATE A TU FEMINIDAD"
Consta de 4 módulos:
- En el primero se trabajará toda la parte de entender y romper los miedos, en este caso sexuales o de pareja, miedos que muchas veces vienen origindados por la falta de conocimientos, como por ejemplo: "me estanco, no sé cómo salir y me bloqueo, etc..." y ahí aprenderás herramientas para lograr más conocimientos, como puede ser explorar y conectar con tu propio placer y cómo estimularlo. Miedos afectivos asociados a experiencias pasadas, que nos generan culpa, estrés o incluso merman nuestra autoestima y donde trabajarás los mandamientos de la autoestima femenina.
- En el segundo módulo se trabajará la comunicación, que como ya hemos visto hoy es la clave para el éxito de una relación y también la comunicación desde cómo nos hablamos a nosotros mismos y cómo establecemos los canales con nuestras parejas, aprendiendo a comunicarse de forma asertiva y gestionando tanto las emociones positivas como negativas.
- En el tercer módulo darás un salto más para despertar tu sensualidad, a veces dormida, a veces anulada...para identificar cuáles son las claves de la intimidad femenina, el mapa erógeno y cómo escuchar a tu cuerpo.
- En el último módulo, se trabajará la sexualidad como tal, donde reflexionarás sobre tu concepto de sexualidad, único e intransferible, estimular tu sexualidad y saber cómo intensificar sensaciones.
Además este taller incluye otro material adicional, con las fases vitales de una mujer, como pueden ser el embarazo, postparto, menopausia y cómo impactan en tu vida sexual.
Ejercicios prácticos para hacer en pareja o de manera individual.
Y todavía más....un básico que damos por hecho: la anatomía femenina y el funcionamiento de la respuesta sexual.
Conocer cómo somos, cómo reaccionamos, cómo interactuamos, cómo es nuestro placer y cómo queremos que sea, etc....son el primer paso para eliminar miedos, sentirnos seguros y disfrutar de una sexualidad plena y placentera.
Y también con este taller te llevarás también el eBook de regalo:
"El Plan-Reactívate", en el que aprenderás cómo reactivar tu relación de pareja, aunque no tengas tiempo para ello. Con las 3 excusas típicas para no disfrutar de una vida sexual plena y 3 soluciones para ponerlas en práctica desde ahora mismo.
Como ya hemos podido ver,
la sexualidad y la filofobia pueden llegar a tener una relación muy directa, así que nunca olvides los 3 objetivos de la sexualidad.